jueves, 13 de noviembre de 2008

Esa cosa llamada destino

¿Creéis en las casualidades? A lo largo de la historia se han dado casos que te hacían plantearte dónde termina una circunstancia ocurrida de forma fortuita de otras en las que parecen mezclarse circunstancias especiales, mágicas o causales. Puede que recordéis un mail enviado hace tiempo por algún amigo en el que comparaban las muertes de dos presidentes de los EEUU, Lincoln y Kennedy, en el que se producían una serie de "casualidades" que te hacen pensar si hay algo más.

Es fácil decir que son puras casualidades y que no hay que darle más vueltas... pero no soy así, creo que debe haber algo más allá de nuestro planeta, que no toda la gente que dice haber visto fantasmas está loca y que tal vez, y sólo tal vez, pueda existir el destino.

Seguro que os han ocurrido cosas que no podéis explicar, me refiero a estas casualidades, o como algunos las llaman, causalidades, porque no suceden sin razón, tienen un motivo, una causa, pero que no llegamos a entender. A mi me han ocurrido, y aunque se han dado en diversas situaciones, las más interesantes me han ocurrido respecto a Ella, a la chica de la que os he hablado en otra ocasión.
Estaba yo viendo una película hace unos meses, una de esas películas asiáticas que pones un día en el que quieres pasar unos momentos introspectivos y que te deje un gran sabor de boca, y mientras se iban sucediendo las imágenes, pensando en lo bueno que sería compartir momentos así con Ella, recordé que había leído que estaba basada en una historia real, así que quise saber más sobre la película. Después de leer que la guionista fue la verdadera protagonista y que antes de esta ya había sacado un libro, me encontré con los datos de la actriz protagonista. Nació el mismo día y mes que Ella, no en el mismo año, eso ya sería algo demasiado "casual".

Sí, qué tontería dirán algunos, lo sé, yo también lo pienso a veces, pero se vuelven a repetir una y otra vez. En esta ocasión, todavía suspirando por una llamada suya, antes de plantearme el quitarme la soga del cuello, estaba molesto porque hacía días que no me decía nada y como el orgullo me puede, no quería llamar yo el primero, así que pensando y comiéndome la cabeza llegué a la cocina, por casualidad encontré un paquete de harina con un nombre relacionado con ella, con la mosca tras la oreja lo cogí y miré la ciudad donde se había fabricado. Es una ciudad cercana a su casa, pero hay más, es la ciudad donde trabaja. ¿Y por qué buscando algo para desayunar tuve que fijarme y mirar un paquete de harina? pues no lo sé, ¿casualidad?. Al final la llamé.


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