
Sí, eso fue lo que pude escuchar a través del teléfono, de sus labios, entre bromas y sonrisas forzadas (por mi parte), "¿eres feliz?" le volví a preguntar casi automáticamente, "sí, soy feliz" fue su respuesta de nuevo. Y yo me quedé estancado en el pasado, sí es cierto, Ella era mi media naranja (lo supe entre coincidencias y tiempo invertido), pero da igual, yo también quiero ser feliz. Quiero poder sentarme en el sofá y pensar en mi vida actual, en mi día a día y poder decir que soy feliz, que me siento bien conmigo, con mi vida, pero no puedo. Por eso he dicho anteriormente que desperté, fue como un clic del interruptor, algo cambió en mi interior, algo que no he podido conseguir por más que lo he intentado durante todo este tiempo, y lo peor es que no sé cómo ha pasado, quiero volver a hacerlo cuando me suceda algo parecido.
Ha pasado una semana y por ahora todo funciona bien, mi mente sigue traicionándome de vez en cuando, pero es por mala costumbre, soy capaz de pasar el día sin comerme la cabeza con nada referente a Ella, he empezado a pensar en el futuro sin Ella, a echarla de mis pensamientos. Me toca buscar otro clavo para sacármela de dentro...
No hay comentarios:
Publicar un comentario